Empanadillas de cebolla caramelizada y queso de cabra

Las empanadillas, la tortilla, las croquetas, el magro con tomate, el pollo empanado y los macarrones son de esos platos que están poco valorados. Para mí, bien hechos son bocados muy ricos y que merece la pena tener en cuenta.

Pero si hay un plato que ha sido degradado y maltratado han sido las empanadillas, ya que con solo oírlas mencionar, muchos pensamos en los congelados asquerosos de masa arenosa con un relleno difícil de identificar.

Queridos, hoy vamos a descubrir que las empanadillas pueden ser un bocado maravilloso, suculento y jugoso.

Preparar la masa de empanadillas puede ser algo tedioso, pero hará que sean de otra galaxia.

Por supuesto, la elección del relleno también importa. Olvidad el relleno clásico de atún, tomate y huevo duro y echadle imaginación y veréis que bien.

Las que yo os traigo hoy son sencillas, con dos ingredientes, cebolla y queso y están buenísimas. La peculiaridad reside en la masa, que es básica pero tiene un toque muy especial: aceite de oliva y cerveza.



Además, la cerveza que he utilizado, que me llegó en la Degustabox de este mes, tiene un punto amarguito que le ha dado a la masa un toque muy bueno.

Junto a la cerveza Cruzcampo me llegaron otros muchos productos que he ido probando y que podéis ver en la siguiente imagen. Los Doritos Roulette, que los que pican, pican como un demonio. Unas tartaletas de chocolate y caramelo, el chocolate de Lacasitos... Mmmm qué bueno.


Eso si, para hacer estas empanadillas hace falta un poquito de tiempo y paciencia, pero el resultado merece muchísimo la pena. Haréis feliz a mucha gente, aparte de a vosotros mismos y tendréis empanadillas para vosotros y toda la familia.

La receta es de Iban Yarza y la preparó en Robin Food, y desde entonces es habitual en mi recetario.

Empanadillas de cebolla caramelizada y queso de cabra

Ingredientes para la masa:
400g de harina de trigo
120ml de aceite de oliva
120ml de cerveza (yo he utilizado Cruzcampo Cruzial)
4g de sal

Elaboración de la masa:
Mezclar todos los ingredientes hasta conseguir una mezcla homogénea pero que no se adhiere del todo. Así, conseguimos que no haga correa y nos sea más fácil estirarla después.
Dejamos reposar mínimo media hora, aunque se puede preparar de un día a otro. En el tiempo de reposo podemos ir preparando los rellenos.
Después, estiraremos la masa y cortaremos con un vaso, un bol, un aro de emplatar o lo que tengamos a mano.
Colocaremos una pequeña cantidad del relleno que más nos guste y cerraremos con un tenedor o haciendo repulgue (estilo argentino). Pintaremos con un poco de huevo y hornearemos unos 15 minutos o hasta que se dore. Dependerá del tamaño

Ingredientes para el relleno:
4 cebollas dulces bien grandes
200g de queso fresco de cabra

Elaboración del relleno:
Cortaremos la cebolla en trocitos y la colocaremos en una sartén con un par de cucharadas de aceite.
A fuego suave, vamos dejando que la cebolla sude y se ponga transparente. Con el paso del tiempo se irá poniendo algo más babosa y acabará por caramelizarse en sus propios azúcares. Para ayudarnos podemos añadir pequeñas cantidades de agua para que así suelten más jugo y caramelicen mejor.
Tardarán aproximadamente 40 minutos.
Añadiremos el queso a la cebolla y mezclaremos bien para que el queso se funda y así nos sea más fácil rellenar las empanadillas.

Ideas y sugerencias:
· Con esta receta salen unos 40 empanadillas, y el relleno indicado sirve para la mitad aproximadamente.
· Se puede añadir cerveza sin alcohol, negra o la que más nos guste. A mi está me ha parecido perfecta por no ser demasiado suave ni tampoco demasiado fuerte.
· Podemos utilizar la misma masa para hacer empanadas, cocas y similares.
· Además del relleno que os he propuesto, hay otros muy ricos. Bacalao con berenjena, bonito con tomate y aceitunas, calabacín, puerro y mozzarella, y todas las combinaciones que se os ocurran. Incluso chocolate y pistachos si queréis una opción dulce.
· La masa también se puede freir, pero al horno quedan más suaves y ligeras. También podemos congelar las empanadillas ya hechas, o la masa sola. Queda bien de cualquiera de las maneras.

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